Fco. Javier Gonzalo Ciria

OFF THE RECORD

 

¿nos confiesas tu edad? 36 años

¿Dónde naciste?: Con una jota: Si me preguntas de dónde eres. Te respondo en alta voz. De Aniñón, de la Cañada. Zaragoza y Aragón.

Una música imprescindible:  La salsa sin duda, hace que me ponga a bailar donde sea.

Intérprete favorito: Aquel que con una sola nota sea capaz de ponerte, como coloquialmente se dice, «la carne de gallina». Si me preguntas por un trombonista, sin duda, Michel Becquet.

Compositor predilecto: Tengo varios, pero tengo que reconocer, que aún estoy exhausto de oír la obra de clausura de la ITF Valencia 2015 de Ricardo Mollá. Pese a su juventud tienen algo sus composiciones que me apasiona. Hay que apoyar a los nuestros, me quedo con Ricardo Mollá.

Tu último libro: Misterios del Antiguo Egipto. En otra vida creo que fui egipcio porque me siento muy identificado con esa civilización. O bien fui escriba, esclavo o quién sabe, si fui momia jejejeje.

Una película que ver:  Cualquiera, siempre que te haga soñar.

Un hobby para desconectar:  Andar por el monte con mis perros.

Una comida sin la que no puedes pasar: Huevos fritos.

¿Y una bebida?: Dos, el agua y la leche.

Un sitio para vivir: Huesca.

Un deseo: Más allá de que mis alumnos puedan tocar mejor o peor el trombón que, el día de mañana, lleguen a ser grandes personas.

CUESTIONARIO

 CUESTIONARIO

¿A qué edad empezaste a estudiar el trombón?

Comencé sobre los 12-13 años.

¿Quiénes han sido tus profesores?

Mi primer profesor de trombón fue mi tío, Antonio Uriel. Posteriormente estudié en el Conservatorio Profesional de Música de Zaragoza con los profesores Agustín Puig y Rubén Pascual. En el Conservatorio Superior de Aragón con Enrique Cotolí, Dani Perpiñan y Ximo Vicedo. También recibí clases de Ricardo Casero y en la Academia de Spanish Brass estudié con los profesores Indalecio Bonet y Carlos Gil y finalmente hice un postgrado con Gilles Milliere. De todos tengo grandes recuerdos:

  • A mi tío Antonio le debo ser músico. Eran tiempos en los que antes de coger un instrumento estabas un par de años estudiando solfeo. Un día le dije que no quería continuar con el solfeo y él me prohibió dejar la música. Y aquí estoy gracias a él.
  • Agustin Puig permitió que comenzara mis estudios en el conservatorio.
  • Rubén Pascual, además de un gran profesor, lo considero un «filósofo de la vida» y siempre me daba y me da muy buenos consejos.
  • Richard me metió, como coloquialmente se dice, el gusanillo de la música y la «obsesión» por buscar y trabajar para intentar conseguir un sonido perfecto.
  • Quique me mimó en mi primer año en el superior y me animó a seguir hacia adelante, pese a que no corrían muy buenos tiempos, por allá entonces, en el CSM de Zaragoza.
  • Con Dani y Ximo era un lujo simplemente poder escuchar sus ejemplos. Y a pesar de lo mucho que me enseñaron y de los grandísimos profesores que eran y son, simplemente con oírlos tocar hubiera sido suficiente.
  • Inda ha hecho mucho por mí y por lo que es aún más grande, mucho por el trombón en España. Por aquel entonces, me sugirió ir a estudiar a su academia. Para mí fue todo un descubrimiento conocer a un montón de jóvenes que tocaban a un gran nivel. Aquello hizo ponerme las pilas. Tengo un recuerdo maravilloso de aquellos encuentros de fin de semana y de aquellos compañeros con los que pude compartir clases y que hoy son la gente que están dando guerra con el trombón en España, J.C. Matamoros, Viriato, Kiko Juan, José V. Soler, Celestino Luna, Marcos Forné, Jordi Navarro, Víctor Belmonte y muchos más. Todo un orgullo haber podido estudiar con ellos.
  • Carlos Gil, es como un padre. Es de las personas, por no decir la persona que más admiro y respeto. El ejemplo a seguir en todos los sentidos, en lo profesional y en lo humano. Creo que gracias a él me decanté por la docencia y fue él quien verdaderamente me enseñó a enseñar.
  • Gilles Milliere, que decir de este hombre!!. Ejemplo de humildad, energía, trabajo, sabiduría y un largo etc.

La verdad es que de todos guardo grandes cosas, y siento que todos me han ayudado en lo poco que sé.

¿Dónde has estudiado? Nombra los centros por los que hayas pasado a lo largo de tu itinerario formativo: escuelas, conservatorios, academias…Los he nombrado en la anterior pregunta porque creo que es importante asociar profesores y centros.

¿Cuál es tu metodología de trabajo? (Durante todo el proceso: desde el calentamiento hasta el final del estudio)

Hace tiempo, mucho tiempo, más del que yo desearía, fui en un verano a tres cursillos de perfeccionamiento, casi seguidos. Llegué a casa y casi no podía tocar. Los tres profesores, trombonistas de gran nivel, me habían dicho, lo que ellos creían y aunque lo que decían estaba bien, mi interpretación de esas ideas, era errónea. Desde entonces, cambié mi manera de estudiar y sobre todo mi manera de pensar. Comencé a plantearme el cómo, y el por qué de cada una de las cosas que hacía. Sometiendo a examen cada una de las cosas que me decían, buscando una lógica a todo, y trabajando desde lo que me salía bien de manera natural. Y bueno, para bien o para mal, así sigo trabajando.

Siempre parto del sonido. En primer lugar «colocar», como yo le llamo, el sonido con notas largas, glissandos, y posteriormente construyo a partir de allí y siempre, siempre, siempre, intentando mimar el sonido. Si en algún momento el sonido está crispado vuelvo al principio. Trabajo muy lento, aunque intento ir seguro.

Con los alumnos hago exactamente lo mismo. Mi lema es «no pasar a la siguiente nota si la anterior no está bien». Y siempre tomando consciencia de qué sensaciones tengo, cuando suena bien, así como cuando suena mal. Muchas veces para aprender a tocar bien, es mejor si uno toma consciencia de qué está haciendo cuando le suena mal, para así no volverlo a hacer. Trabajar, nota a nota, partiendo de lo singular, analizándolo, para luego sacar conclusiones que nos hagan mejorar a nivel global y a su vez, evolucionar, a nivel individual nuevamente. Jejejeje, no sé si me explico. Principalmente intento que en cada nota, los alumnos, tengan la sensación correcta. Esto puede parecer un método lento y arduo, pero a mí personalmente es lo que más me funciona. Y pienso, desde mi modesta opinión, que si a los alumnos les inculcas esto desde la primera clase, lo ven como normal y no les resulta tan duro. No concibo que un alumno, por joven que sea, tenga mala calidad del sonido. Podrá tener un sonido más amplio o más pequeño, pero siempre debe ser un sonido con calidad.

¿Cuál es el aspecto más importante, en tu opinión, de la técnica interpretativa trombonística?

Jejejeje, tengo dos, el primero como he dicho en la anterior pregunta es la calidad de sonido, aspecto indiscutible y el otro se debería dar siempre por hecho, la musicalidad. A veces, se nos olvida que antes que «tromponistas», somos músicos, y por lo tanto, debemos hacer música, siempre. Prefiero un intérprete que pueda fallar notas en algún momento, pero que me transmita sensaciones y me haga mantener la atención en él, a un intérprete «perfecto», una «máquina de hacer notas» que no falle, pero que la los 30 segundos de comenzar a escucharle, esté yo pensando en lo que tengo que hacer al día siguiente. Somos músicos y como tal nos debemos a la música.

¿Con qué escuela del trombón te identificas más?

Hoy en día más que hablar de escuelas, yo hablaría de personas. Con todo el acceso a las nuevas tecnologías que hacen que con un click podamos escuchar a diferentes trombonistas de todo el mundo, yo hablaría más de intérpretes. Intento coger lo que más me gusta de cada uno. Quizás por la manera de trabajar me podría englobar en lo que se podría conocer hace tiempo como escuela francesa, aunque creo que ya es hora de sacar pecho y dado el altísimo nivel de los trombonistas españoles, si hay que hablar de escuelas ya es hora de hablar de la escuela española, ¿no crees?

¿Cuál es el nivel de los intérpretes de trombón españoles?

Pienso que hoy en día tenemos grandes intérpretes de trombón españoles y creo que la cosa va a ir a más, conforme los planes de estudios se vayan mejorando y la gente salga mejor formada.

¿Cómo valoras la formación que reciben los trombonistas españoles, en general?

La formación que reciben los trombonistas españoles, en general es cada vez mejor. Los conservatorios superiores cada vez están haciendo planes de estudios más serios. Está claro que en muchos aspectos aún nos falta mucho camino para estar a la altura europea tanto en dotaciones económicas como en infraestructuras, ambas necesarias para poder llevar con éxito los planes de estudios. Pero creo que hoy en día ya hay centros de estudios como el CSMA, CE Musikene, la ESMUC, que son referencia a nivel nacional e incluso a nivel europeo.

Cada vez más, se está ampliando la formación grupal de los alumnos, ya que en España se le daba mucha importancia a la formación individual y no tanta a la formación orquestal o camerística.¿Cúantos alumnos se van a dedicar a una actividad como solista?, y ¿cómo, en el caso de haber alumnos con talento suficiente para dedicarse a ello, se les va a formar, si no se cuenta con profesores que a su vez sean o hayan sido solistas o concertistas de manera habitual?. Esto incluso se planteaba en los planes de estudio, rama solista, rama camerística, rama enfocada a la práctica pedagógica,… Además con la escasez que hay de trabajo, como para poder acotar las vías de acceso profesional. Esto se está cambiando y creo que es un gran acierto.

En lo que no soy tan optimista es en los centros de nivel Elemental y Profesional. Cada vez hay más recortes y más trabas burocráticas por considerarnos en muchos casos centros de Enseñanza Secundaria y no darnos el estatus propio que merecen las enseñanzas musicales. Además, todo el mundo está de acuerdo en que las etapas primeras de un niño son muy importantes y en gran medida marcan la personalidad del individuo. Si transponemos esto a la música, es en los conservatorios y escuelas en los que se imparte enseñanzas elementales y profesionales donde debería haber gente muy especializada y muy preparada en la formación de alumnos noveles. De ellos y de estos primeros cursos depende en gran medida en que un alumno pueda llegar a cursar los estudios superiores. Y esto desgraciadamente no se da siempre.

Sin ánimo de ofender a nadie, y diciéndolo desde la mayor humildad, creo que en líneas generales la formación que se da en niveles elementales está lejos de lo que sería adecuado. ¿Qué formación real, a trabajo de campo me refiero, recibimos los futuros profesores cuando estamos cursando estudios superiores? ¿Qué tipo de control pasamos antes de enfrentarnos a la difícil tarea de la enseñanza?. A veces pienso que el que salgan alumnos que puedan cursar un superior de trombón es cosa de casualidades y a las estadísticas me remito. No puede ser que de una clase de, por ejemplo 20 alumnos de trombón, toquen 1 o 2 bien y a los demás no se les pueda escuchar. Está claro que no todo el mundo vale para todo, que las aptitudes son muy importantes y la actitud del alumno ante la clase, el estudio personal, etc, es determinante, pero las estadísticas deberían ser otras. Debería haber un porcentaje mayor de alumnos que estuvieran preparados para poder cursar un superior con garantías o que acabaran las Enseñanzas Profesionales con un nivel digno. De vez en cuando puede salir algún alumno brillante de los que tienes muy muy pocos en la vida y un pequeño porcentaje de alumnos que por unas u otras razones no funcionan. Pero debe ser mucho mayor el porcentaje de bien preparados, que el de los preparados de manera mediocre. Y esto no es así. Y ojo no es todo culpa de los docentes, a todos nos ha pasado igual. Llegamos a un conservatorio o a una escuela de música por primera vez, estás delante de los alumnos, y no sabes por dónde empezar. A puro de muchos años y de darnos cabezazos y tropezones «medio aprendemos» más o menos lo que hay que enseñar. Pero hasta entonces,¿cuánto mal hemos podido hacer, aunque sea de manera totalmente involuntaria, en aquellos alumnos que han caído en nuestras manos?

El recurso de intentar solucionar todos los problemas «echando más aire», a veces, puede funcionar, pero en muchas situaciones no se arreglan los problemas e incluso se pueden agravar. Además, creo que la primera premisa necesaria e imprescindible para dar clases a niños debe ser que te gusten los niños, y en parte sentirte un poco como ellos para poder comprender mejor todo su mundo.

Al igual que en un Conservatorio Superior se exige profesores con una gran experiencia artística, ya sea a nivel de concertista, a nivel de experiencia orquestal, etc pienso, desde mi punto de vista, que se debería requerir más preparación y formación para los profesores de los centros en los que se imparten niveles elementales y medios, ya que van a ser estos, los que nutran a los centros superiores. El árbol hay que formarlo y enderezarlo desde la raíz. Intentar formar un árbol desde la parte alta y después de tener grandes ramas es difícil y complicado.

¿Qué opinas del nivel pedagógico de los profesores de trombón en España?

Creo que el nivel pedagógico de los profesores de trombón es cada día mejor, pero como he apuntado en la pregunta anterior debería incorporarse en los planes de estudios estrategias reales que ayudaran a formar buenos docentes. Muchas veces se confunde tocar bien con enseñar bien y en muchos casos no van ligados.

En muchos cursillos a los que he asistido en mi vida, me fijaba que la mayoría de personas íbamos, y digo íbamos porque yo también lo hacía, a escuchar las clases de aquellos alumnos que sabíamos que tocaban muy bien. Y es normal, a todo el mundo le gusta eso. Y observaba que cuando tocaba algún alumno con problemas, la gente se marchaba. Creo que eso es un error, ya que sobre todo un buen profesor es aquel que tiene que ser capaz de solucionar los problemas de los alumnos. Y es ahí, donde se demuestra las destrezas de un docente al enfrentarse a alumnos con problemas.

Sinceramente, pienso que tenemos uno de los mejores profesores de trombón del mundo, para mí, sin duda el mejor, de lo que conozco. Ese es Carlos Gil. O como lo llamamos un gran amigo y yo, el Doctor Carlos Gil House. Ahí están sus alumnos que lo avalan. Siempre tiene alumnos que por lo general están bien preparados. Y aunque todo el mundo sabe que, a veces la cosa va por temporadas, no es casualidad el que él forme a grandes trombonistas. Para mí ese sería un ejemplo claro de un buen profesor. Y pienso que la comunidad del trombón en España tiene que aprender mucho de él. Además, debería estar mucho más reconocido. En otros países mimarían y cuidarían la labor que él hace.

¿Qué valoras menos de la forma de enseñar el trombón en nuestro país?

Que muchas veces pensemos, que cualquier cosa de fuera es mejor que la que tenemos aquí y a veces nos infravaloremos. En multitud de ocasiones creemos cosas, porque simplemente vienen de fuera. Esto afortunadamente se da, cada vez menos.

¿Qué valoras más de la forma de enseñar el trombón en nuestro país?

Las ganas de aprender y absorber cosas de diferentes sitios. Y pese a lo que se piense, el espíritu de trabajo. Los españoles somos los primeros para la juerga, pero creo que también somos los primeros para el trabajo.

¿Qué aspectos deberíamos copiar de los centros educativos de otros países?

Pienso que sería importante copiar de los centros educativos de otros países, el carácter organizativo que tienen. Y sobre todo, deberían copiar las instituciones de nuestro país, la consideración que se tiene hacia la cultura y por lo tanto la inversión tanto económica, humana e infraestructural acorde a esa consideración y valoración. Está claro que el tema económico, por desgracia es un factor primordial, aunque no sea el más determinante, y muchas veces los planes de estudios no cuentan con el respaldo económico necesario. Y eso es un gran problema. No se hace nada con plantear reformas y reformas educativas, si no se hacen las inversiones económicas necesarias para llevarlas a cabo.

¿Consideras que el trombón tiene suficiente presencia en la cultura musical española?

Creo que el trombón es uno de los grandes desconocidos. Y no lo digo por su forma, ya que todo el mundo lo conoce cuando haces alusión a la vara, ( esa «barra» que se mueve), sino desconocido por su sonido. No he conocido a nadie que al escuchar por primera vez el sonido de un trombón bien tocado no se haya sorprendido positivamente. Mucha gente asocia la palabra «trombón» a algo despectivo. Esto hay que cambiarlo.

¿Qué crees que podría hacerse para aumentar dicha presencia?

Para cambiar algo en la sociedad se debe partir, siempre, desde la educación y centrando el trabajo en lo más jóvenes. Para que surta efecto debe ser un trabajo a largo plazo.

Pienso que haciendo cada vez mejor nuestro trabajo, comenzando por los centros educativos y formando bien a los alumnos, con profesores muy preparados y sobre todo, exigiéndonos mucho a todos nosotros, podremos poco a poco, que la gente asocie al trombón como algo positivo tanto a nivel sonoro como visual.

¿Tienes más ideas que puedan ayudar a difundir el trombón y su música?Iniciativas en España como han sido la celebración de la ITF Valencia 2015, o la creación de la Asociación de Trombonistas Españoles ATE y que además sea una organización activa, han sido y son, cosas muy positivas para el trombón en España. Pero vuelvo a repetir, creo también que desde estos organismos se debe prestar más atención a los trombonistas noveles. Sin duda, son el futuro.

¿Cuál es el repertorio para trombón que más te gusta?

En general, me gusta todo el repertorio de trombón. Me encanta el repertorio romántico, y siento debilidad por el repertorio para trombón alto.

¿Cuál es tu obra favorita?

Le tengo un cariño especial a la romana de Weber. Creo que fue de las primeras obras que mal toqué y siempre me ha acompañado en muchas cosas que he hecho. Las veces que estaba allí me daba suerte. Creo que es la obra con la que más me identifico y que a pesar de haberla tocado en infinidad de momentos y situaciones, le tengo mucho respeto. Cada vez que la toco, me doy cuenta de lo mucho que se puede sacar de ella, de lo difícil que es tocarla bien y de todo lo que me falta por aprender, para poder hacer una interpretación que esté a la altura de la obra.

¿Cuál es la marca de trombón con la que tocas y por qué?

Toco desde hace unos años con un Stomvi titán. Es un instrumento que me gusta mucho y me facilita mi manera de tocar. Pienso que es un instrumento que puede evolucionar mucho más, porque sus creadores están siempre innovando y eso lo considero muy importante. Además, me encanta tocar con una marca española. Debemos apoyar lo nuestro y no «tirarlo por tierra», como muchas veces hacemos.

¿Cuales son las iniciativas o actividades de la ATE que encuentras más interesantes?

Me parece muy interesante la idea que se está intentando institucionalizar, de hacer un concurso estable para jóvenes trombonistas y sobre todo, que con esto, se fomente la creación y se compongan obras propias para tal fin. De esta manera quizás en unos años en España tengamos un amplio, rico e interesante repertorio trombonístico español, similar al que pueden tener países como Francia fruto de iniciativas similares.

¿Alguna idea que nos ayude a mejorar la ATE?

Soy maño y como buen maño, soy de ideas fijas y me reitero. Fomentar y motivar el trabajo con los jóvenes trombonistas.

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